FUTBOL PARA SENTIRSE LIBRES.

Este artículo trata de un tema muy importante e interesante bajo mi punto de vista. Es digno de ver cómo se salen con la suya a pesar de la situación tan crítica en la que es muy difícil poder soportar. Me gusta que las mujeres afganas tengan ese valor de poder hacer lo que verdaderamente desean, al contrario que otras muchas, ya no solo de Afganistán sino también de otros muchos lugares en los cuales están reprimidas por cualquier motivo o situación crítica en la que se encuentran.
Este artículo me asombra tanto porque me parece penoso saben que hoy en día, en lugares como esos, las mujeres están totalmente reprimidas a la hora de actuar de la manera más normal del mundo.
Estas mujeres, como se dice en el artículo, están dispuestas a jugar para hacer su propia revolución.
Hay mujeres para las que se les hace más fácil hacer lo que les apetece porque sus familias les apoyan. Es el caso de Jadiya, la cual tiene todo el apoyo por parte de su familia y piensan que hombres y mujeres tendrían que tener los mismos derechos.
Una mujer afgana, la cual tenga la aspiración de ser futbolista o policía y vea que su familia no le apoya o le da ánimos para seguir adelante, está reprimida totalmente. Este caso le ocurre a Azadeh; su familia y vecinos no le apoyan y ella sigue adelante con sus propósitos aunque note que cada vez que se le ocurre salir a pasear, como cualquier joven en un lugar decente haría, que los hombres vecinos y familiares le miren mal.
También es digno de admirar de toda esta historia que el entrenador les deje un lugar decente en el cual pueden entrenar y hacer lo que verdaderamente ellas desean.
Los estudios y tener una carrera es una de las prioridades en la vida de casi toda persona. A estas mujeres les quitan ese derecho y esa aspiración. Mi pregunta es:
¿Verdaderamente piensan que es más importante casarse que estudiar? Sinceramente, si es así deberían plantearse ese modo de vida porque, a parte de que ambas cosas se pueden compaginar, en esta vida hay tiempo para todo.